Website-Banner-Ryan-as-ED-edit

RYAN HRELJAC

Un “Principito” canadiense  ahorró desde los seis años para llevar agua potable a África.

Con apenas seis años, Ryan Hreljac, un niño canadiense que despertó una conciencia impresionante a tan temprana edad, sorprendió a su madre cuando un día se ofreció a realizar todas las tareas del hogar durante un año a cambio de 70 dólares con los que compraría un grifo para enviarlo a África, pues le había impactado mucho la noticia que recibió en clase de que la primera causa de muerte de los niños africanos se debía a la falta de agua potable. Ante su inquietud, la maestra le dijo que un grifo en ese continente podía costar unos 70 dólares y desde ese momento él consiguió una misión en su vida, convirtiéndose en el verdadero “Principito”.

Pronto se enteró que para lograr que los niños en África pudieran tomar agua limpia con solo abrir un grifo, como él lo hacía todos los días, necesitaría un presupuesto mucho mayor. Lo más importante era perforar un pozo y eso tenía un valor de unos dos mil dólares. “Tendré que hacer más quehaceres entonces”, fue su rápida solución. No tardó en contagiar a su vecindario de su noble propósito y con la ayuda de cientos de personas que se conmovieron con la causa logró reunir el dinero para el primer pozo en Uganda. Ryan ya tiene 24 años pero desde los seis se convirtió en un héroe.  Con su iniciativa ha logrado inaugurar 432 pozos en 15 países, dando de beber a más de medio millón de personas.

 

Website-Banner-Ryan-as-ED-edit